"El resfriado de la jirafa" (Juan Manuel Montiel -2007) |
Las niñas y los
niños que viven en la selva saben que a las jirafas, especialmente a las que
tienen el cuello tan largo como un palo de escoba, les gusta mucho ponerse un
adorno.
Y ¿Saben que se ponen?, Yo se los voy a contar.
Algunas usan corbatas muy anchas con rayas, otras se
ponen pañuelos de seda muy suave con dibujos, y otras se colocan moños de
colores azules, rojos, amarillos, verdes, naranjas.
Como las jirafas son muy lindas, cualquier cosa que se
pongan en el cuello les queda divertido.
Además no las tienen que comprar, ¿Por qué?.
Porque en la selva todos los animalitos colaboran,
cada uno un poquito, para confeccionarles los adornos.
Las telas para los pañuelos, las corbatas y los moños,
las hacen unas arañitas que tejen muy bien. Se las suele ver moviendo muy
ligero sus bracitos para atar finos hilos de seda unos con otros.
Las serpientes se encargan de dibujar hermosos
arabescos sobre los pañuelos, contorneándose de aquí para allá.
Para decorar las corbatas con rayas, son las cebras
las que prestan su ayuda y experiencia.
Los moños son coloreados por unos lindísimos pájaros
con colas muy largas. Ellos pintan usando plumas de colores que agarran con el
pico.
Quizá ustedes nunca vieron una jirafa con corbata,
moño o pañuelo. ¿Saben por qué?. Lo que pasa es que aquí viven en el zoológico.
Como va mucha gente que ellas no conocen les da vergüenza adornarse.
Pero en la selva es distinto. Allí están con
animalitos amigos. No sienten vergüenza y se ponen de todo en el cuello. A
ellas les gusta que sus amiguitos les digan cosas lindas.
En la primavera, cuando toda la selva se viste de
flores y mariposas, las jirafas hacen desfile de modelos.
Las hormigas cubren la tierra con pétalos de flores de
muchos colores. Cuando terminan parece como si hubiera una alfombra multicolor.
Los elefantes ponen troncos de árboles a los costados
del caminito para que sirvan de asientos.
Cuando está todo listo llegan los animales desde
distintos lugares y las jirafas comienzan a desfilar muy coquetonas, luciendo
sus mejores moños, corbatas y pañuelos.
Todos las aplauden y les regalan flores y besitos.
Pero una vez pasó algo que no les conté. ¿Saben que
pasó?.
Un viento fuerte, pero muy fuerte, y además frío, pero
muy frío, sopló por toda la selva. Y por ese viento y ese frío, ¿saben que
pasó?.
A todas las jirafas les empezó a doler la garganta. Y
como tienen el cuello muy largo, les dolía mucho y casi no podían hablar.
"¡Oh, pobrecitas!" -decían los hipopótamos-
"El dolor de garganta de ellas debe ser tan feo como si a nosotros nos
dolieran los dientes".
"¡Ay, Ay!" -se lamentaban los burros-
"Cuanto dolor deben sentir. ¡Menos mal que el frío no nos enfermó nuestras
grandes orejas!".
"Que suerte que yo estoy adentro de mi
casita" -comentaba la tortuga.
"Có... Có... Có... ¿Cómo podemos ayudarlas?" -preguntó el gallito,
muy preocupado.
Entonces apareció el zorro que, como todos los niños y
niñas de la selva saben muy bien, es el animal más astuto.
Se acercó hacia las jirafas y les preguntó: "¿Les
duele mucho la garganta?".
Las jirafas bajaban y subían la cabeza para indicarle
que sí, porque no podían hablar.
"Me parece..." -dijo el zorro- "que se
me ha ocurrido una muy buena idea".
Todos los animalitos allí presentes abrieron los ojos
muy grandes, especialmente los búhos que ya tienen los ojos grandes.
"Y ¿Cuál es la idea?" - le preguntaron todos
al zorro.
"Es muy sencillo" -contestó - "todos
vamos a colaborar para hacer algo parecido a los pañuelos pero mucho más largo
y de lana para que sea abrigado. Se lo enroscan en el cuello y así el frío no
les hará nada".
"Muy buena ocurrencia, señor zorro" -le dijo
el loro- "y yo propongo que a ese abrigo para el cuello lo llamemos:
BUFANDA".
"¿Bufanda?" - preguntaron todos los
animalitos. "Y ¿Por qué?".
El loro se puso pensativo y caminaba de un lugar a
otro, preguntándose: "¿Por qué?".
Luego de un rato pegó un salto y contestó con una
sonrisa: "Se llamará Bufanda por es un nombre lindo".
"¡Tiene razón!" -dijo la vaca- "Es un
nombre hermoso".
"Un nombre precioso" - dijo el cocodrilo.
"Un nombre fabuloso" -dijo la ardilla.
"Bueno, bueno, basta de hablar y por favor,
comiencen a hacer las bufandas que nos estamos muriendo de frío" -dijo una
jirafa con una voz muy bajita y ronca.
Y así fue que todos los animales de la selva se
pusieron a trabajar para confeccionar lindas, hermosas, preciosas y fabulosas
bufandas para jirafa.
Y así fue como, desde ese día, las jirafas nunca más
tuvieron frío y dolor en la garganta durante el invierno.
Daniel Adrián
Madeiro
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Daniel Adrián Madeiro.
Todos los derechos reservados para el
autor.
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